Ha sido una reciente adquisición en nuestros hospitales la presencia de damas trajeadas de azul que prestan diversos servicios, voluntariamente. Este cuerpo de voluntarias, adaptado, del que ha venido funcionando en los hospitales americanos desde ya hace algún tiempo, merece nuestra admiración y nuestro respeto.
Nuestro primer contacto con un hospital americano fue a través de su cuerpo de voluntarios, ya que a él, es dirigido en el Massachussets General Hospital, cualquier visitante en procura de información. Esta institución, hasta entonces desconocida para nosotros, motivó nuestro interés y trataremos de estudiar su funcionamiento en diversos hospitales. Es este un conjunto de hombres y mujeres que a falta de otra cosa dona a los hospitales su tiempo en lapso variable de dos horas a cinco días por semana satisfaciendo de esta manera su inquietud de dar.
¿Quiénes lo forman? Los familiares inmediatos de los miembros del cuerpo médico , de los directores, administradores y benefactores de la institución, forman el núcleo, al cual, se aglutina el más heterogéneo contingente humano: ex pacientes y sus familiares, jóvenes adineradas que buscan, humanamente, el mejor empleo de su tiempo libre, personas con inquietud social e individuos de cualquier clase o condición que se han percatado de la extraordinaria labor que realiza el grupo, como por ejemplo, los propios empleados del hospital que regalan parte de sus horas libres en ocupaciones similares o distintas a las que les son remuneradas.
¿Qué hacen los voluntarios? Ocupaciones muy disímiles. Fundamentalmente colaboran con el departamento de recreación y laborterapia, llevando alegría y distracción a los que sufren. Y cooperan con el turno de enfermeras de la tarde, cuando el número de los que trabajan es menor, manteniendo al día la temperatura en la historias clínicas, o repartiendo agua o refrigerio de antes de acostarse a los enfermos. O ayudan en la consulta externa en días fijos (nunca olvidaré aquella que además de regalar su trabajo se ocupaba de endulzar con golosinas las horas de consulta). Algunas calificadas para ello, cooperar en la organización de las bibliotecas y los archivos. Las hay, quienes realizan labores altamente especializadas: un ingeniero electrónica especialista en computadores prestó invalorables servicios al departamento de estadísticas.
Pero cualquiera que sea el motivo que las halla llevado y, cualquiera que sea la tarea que se les asigne, hay una cosa en común para todos los miembros del servicio: la devoción y el desinterés con que la desempeñas. Algunas resultan particularmente gratas para los enfermos. Siempre es motivo de regocijo en el servicio de mujeres la visita los días miércoles de un grupo de estudiantes de una escuela de peluquería con todos sus accesorios, quienes se dedican a rizar y lavar el pelo y a hacer la manicura a las pacientes, muchas de las cuales se sabían condenadas a abandonar sin vida el hospital…
Hacemos un llamado a nuestro conglomerado para aupar esta organización engrosando sus filas con contingentes de ambos sexos, y creando la misma mística por el servicio que existe entre los voluntarios americanos.
En nuestros hospitales oncológicos este tipo de ayuda debe ser bienvenida y aprovechada al máximo.