INTRODUCCIÓN: Con la finalidad de obtener una mejor repuesta de los cánceres tratados a la acción de los quimioterápicos y de evitar el daño producido a la médula ósea por la acción tóxica de la quimioterapia anticancerosa y de obtener una mayor concentración de droga a nivel tumoral, se han intentado numerosas técnicas de administración regional. MÉTODOS: Nuestra experiencia personal con la técnica de infusión intraarterial y perfusión con circulación extracorpórea es la obtenida en el tratamiento de 53 enfermos de cáncer avanzado, realizado durante un lapso de 3 años (1968-1970) en la Unidad de Oncología del Hospital Clínico de la Universidad Católica de Chile.
RESULTADOS:
El 52,8 % (28 pacientes) tuvo una respuesta objetiva, de ellos el 15 % (8 pacientes) tuvo una reducción del 100 %. El 41,4 % de los enfermos tratados tuvo una respuesta de más del 50 %. El tumor prácticamente desapareció. En estos casos aplicamos cobaltoterapia para destruir lo nidos residuales de células cancerosas que pudieran existir aún. El 24,5 % (13 pacientes) permanecen vivos a la fecha (noviembre 1970). De ellos, 7 han sobrepasado los 12 meses; y 3, los 24 meses en buenas condiciones y sin evidencia de enfermedad.
CONCLUSIONES:
Ambos métodos son de diferentes concepciones fisiopatológicas, pero van encaminados al control de la enfermedad cancerosa. En el caso de la infusión se trata de enfermos en estadio avanzado de la evolución, en el caso de la perfusión puede tratarse de enfermos quirúrgicos en los que se pretende evitar una recidiva local, o salvar una extremidad al poder resecar localmente el tumor.