El cáncer de tiroides es una afección controversial y controvertida debido a sus diferentes variedades histológicas, en el cual, hay casos en que se observan sobrevidas de hasta 15 años y, otros casos en donde la sobrevida no llega a un año. En Venezuela, para 1966 ocupó el tercer lugar entre las causas de muerte. En una serie de autopsias con cáncer de tiroides, en casi la mitad de los casos, la lesión pasó desapercibida clínicamente. El diagnóstico solo se hace por el estudio histológico y solo la intervención quirúrgica procura material adecuado para este estudio. El estudio de la función tiroidea es importante porque, la posibilidad de un carcinoma asociado a hiperfunción tiroidea es más bien rara (0,5 % – 1 %). El yodo radioactivo constituye el recurso de laboratorio más importante en lal evaluación clínica de las afecciones de la tiroides; la captación nos mide la función y el centelleograma nos suministra una información muy importante sobre el tamaño, forma y posición de la glándula tiroides, así como, la existencia de zonas calientes, tibias o frías, dentro de la misma. El tratamiento quirúrgico está indicado en los nódulos solitarios indoloros en los niños, y en los adultos jóvenes del sexo masculino. Si la centellografía muestra un nódulo frío (alrededor del 30 % son malignos), los nódulos tibios, se les da tratamiento médico por tres meses y decidir en base a si son o no hormonodependientes, en cuanto a los bocios multinodulares, si producen deformidad, y posibilidad de compresión traqueal o vascular.