La consideración de la participación de los procesos de mutagénesis y carcinogénesis química en la calidad ambiental y su significación en la salud humana, nos lleva a relacionar al hombre con la exposición, concentración y frecuencia de sustancias químicas tales, llamadas genotóxicas, es decir, la que por mecanismos electrofílicos y nucleofílicos son capaces per se o por biodegradación, de interactuar con el material genético especialmente el ADN, celular germinal y somático de aquel, respectivamente. Aun cuando en general se considera que las sustancias químicas mutantes y carcinógenas, son genotóxicas y que normalmente se acepta que toda sustancia química carcinógena es mutante; también está establecido que no toda sustancia química mutante, necesariamente debe ser carcinógena. La detección y cuantificación de los agentes químicos mutantes ha sido motivo de innumerables investigaciones, es de hacer notar que, los tipos de mutaciones ocasionadas por sustancias químicas coinciden con las provocadas por algunos agentes físicos y virales, ellos son los que comprometen el gen en forma específica con alcance a los nucleótidos del ADN, denominándose mutación puntual o genética y que usualmente llega a cambiar una función bioquímica, y la que compromete a los cromosomas en su estructura, organización y numeración, denominándose mutación cromosómica, que alcanza el 80 % en el ser humano. Teniendo clara la significación biológica de la acción mutante es fácil comprender porque debemos empeñarnos en la investigación de esa posible actividad de las sustancias químicas comprometidas ambientalmente con el hombre, para que con la ayuda de la epidemiología podamos basarnos y establecer un control, restricción y hasta eliminación del uso de tales sustancias.