INTRODUCCIÓN: Los enfermos de cáncer consideran que las náuseas y los vómitos son, todavía, uno de los efectos colaterales más desagradables de la quimioterapia. Si bien el tratamiento profiláctico para la emesis aguda (vómitos y/o náuseas en el día 1 del ciclo) es considerado bastante efectivo, los casos de emesis tardía (náuseas y/o vómitos durante los días 2 a 5 del ciclo) constituyen todavía un problema significativo. Es necesario determinar cuales son los pacientes con mayor riesgo de padecer tal complicación al tiempo que diseñar terapias más eficaces para los casos de emesis tardía relacionada con la quimioterapia. MÉTODOS: Entre enero y diciembre de 1998 todas aquellas pacientes con diagnóstico de adenocarcinoma de mama que comenzaron tratamiento con quimioterapia moderadamente emetogénica (AC, CAF, CMF, docetaxel ± doxorrubicina) en una consulta ambulatoria de oncología, fueron evaluadas con relación a la presencia de emesis tardía en los tres primeros ciclos de quimioterapia. Todas las p recibieron profilaxis de náuseas y vómitos inducidas por quimioterapia con granisetrón (3 mg IV) + dexametasona (20 mg IV) el día 1 de cada ciclo. No se suministró profilaxis antiemética durante los días 1 a 5 del ciclo.
RESULTADOS: El número de pacientes evaluadas fue de 36 en el primer ciclo, 34 en el segundo y 33 en el tercero. La incidencia de vómitos retardados/náuseas moderadas a severas retardadas fue de 27 %-36 % en el primer ciclo de quimioterapia, 32 %-38 % en el segundo y 30 %-36 % en el tercero. La presencia de emesis aguda fue un factor determinante para la ocurrencia de tmesis tardía. De hecho, sólo 37 % y 42 %, respectivamente, de las pacientes que no tuvieron emesis aguda en los ciclos 1, 2 y 3, sufrieron de emesis tardía, mientras que 94 %, y 100 % de las pacientes que si tuvieron emesis aguda presentaron también emesis tardía.
CONCLUSIONES: La presencia de náuseas y vómitos, especialmente la emesis tardía, relacionados a la quimioterapia continúa siendo un problema significativo; la incidencia de emesis tardía es más baja en aquellas enfermas que obtienen buen control de la emesis aguda que en las que experimentan náuseas y vómitos durante las primeras 24 horas de la quimioterapia; la frecuencia de emesis tardía no aumentó en ciclos subsiguientes de quimioterapia; las pacientes que obtienen un control adecuado de emesis aguda tienen una necesidad menor de profilaxis para emesis tardía que aquellas que tienen náuseas y vómitos agudos, las cuales deben recibir, uniformemente, algún tipo de profilaxis.