La Academia Nacional de Medicina y la Sociedad Venezolana de Oncología nos ha honrado con la difícil tarea de exponer nuestros puntos de vista sobre la educación media de pregrado en lo concerniente al cáncer. La única forma de garantizar un porcentaje de curación adecuada es establecer el diagnóstico precoz de esta enfermedad, lo cual, solo se conseguirá mediante un índice elevado de sospecha, para lo que se necesitan conocimientos, si no profundos y de especialistas, por lo menos adecuado. El jefe de la cátedra elaborará un programa mínimo de enseñanza oncológica y unificará así los conceptos que deberán ser enseñados por los distintos docentes. Es cierto que, el campo de la oncología cada vez se hace más amplio, pero el oncólogo general es capaz de poder impartir esta enseñanza mejor que el que no lo es, y aún, cuando pueda tener deficiencias, siempre serán menores que las del no especialista. Deben realizarse clínicas de tumores, las cuales, tendrán por objeto examinar, diagnosticar y discutir la terapia que deberá practicarse en cada uno de dichos enfermos y trasmitir estas sugerencias a los distintos servicios, en los cuales, el paciente está situado. La formación de un registro de cáncer que deberá llevar cada hospital y, a su vez, trasmitirlo a una oficina central donde se puedan tener todos los datos obtenidos de cada uno de los hospitales y obtener una unificación de nomenclaturas anatomopatológicas y clínicas, ya que en la actualidad, los patólogos de un hospital no utilizan la nomenclatura de otros.