Producto de una nueva orientación de la campaña contra el cáncer fue la planificación y organización de los servicios de despitaje y diagnóstico precoz, utilizando las facilidades de los servicios de salud pública. Se comenzaron los cursos de citotecnólogos con el objeto de iniciar el programa de pesquisas y diagnóstico precoz del cáncer del cuello uterino, que por estadísticas, ocupaba el primer lugar, sumando el 60 % de la totalidad de los cánceres estudiados en el Instituto Oncológico. Se intensificaron los cursos de posgrado de Anatomía Patológica bajo la directa supervisión de la Sociedad de Anatomía Patológica. Se publicaron normas generales de orientación clínica y diagnóstico precoz del cáncer en general. Se organizaron los cursos de radioterapeutas, los cuales, formando equipos con los cirujanos residentes del Oncológico, han constituido unidades de trabajo en los principales centros hospitalarios del país. Se incluyeron programas y pasantías de oncología básica en el curso medio de clínica sanitaria, cursillos de actualización oncológica para médicos especialistas. El programa de la lucha anticancerosa debe responder siempre al criterio de que el cáncer es un problema de salud publica y debe ser concebido como un programa unificado, centralizado, de comando único, integral (medidas preventivas si las hubiera, de diagnóstico precoz y de tratamiento), e integrado al programa general de salud publicado.