El grupo de los tumores o neoplasias constituye un tipo único de proceso fisiopatológico que se caracteriza por una anormalidad celular transmisible a las células hijas provenientes de la división celular y, que escapa a los mecanismos usuales de control de organismo, determinando un comportamiento incontrolado. El cáncer, como proceso de crecimiento y multiplicación, conlleva una síntesis exagerada de materiales celulares, principalmente proteínas y, muy especialmente, las que forman la base de la actividad celular, las enzimas. Pero, al mismo tiempo, esta síntesis exagerada requiere de un suministro de energía en cantidad adecuada al incremento de la actividad sintética. En los tumores existe una relativa diferencia de la síntesis de ATP proveniente de la respiración aeróbica y, sin embargo, la formación de energía necesaria se cumple mediante una mayor síntesis de ATP de origen fermentativo o anaeróbico. Una lesión a nivel génico, hereditaria o provocada por radiaciones, virus o sustancias químicas cancerígenas, provoca lesiones en los enlaces de los átomos de las moléculas de ADN nuclear, esto provoca una alteración en la fabricación de enzimas que regulan el desarrollo y las funciones de las células normales. Para ciertos tipos de cáncer, es muy probable que la lesión de ADN sea el factor primario desencadenante de la carcinogénesis, para otros, como lo describe Fisher, “la aumentada labilidad de las células es el cambio primario y la vigorosa proliferación debe considerarse como una consecuencia obvia, o sea, un intento de regenerar un tejido que posee una marcada tendencia a la muerte.”