El tratamiento adecuado de los linfomas requiere 2 datos importantes para una máxima efectividad; un diagnóstico anatomopatológico correcto, y una evaluación del estadio del tumor. En los estadios I y II, es decir cuando la enfermedad está localizada, el tratamiento de elección es la radioterapia. La radioterapia requiere dosis altas. Los estadios IIB y III pueden ser tratados con quimioterapia y radioterapia. En la quimioterapia de la enfermedad de Hodgkin, las drogas más utilizadas son los agentes alquilantes. Los 3 compuestos más usados son la mostaza nitrogenada, la ciclofosfamida y el clorambucil. La terapia combinada se utiliza en los estadios IV. La terapia consiste en utilizar 4 drogas; vincristina, la mostaza nitrogenada, la metilhidrazina y la prednisona. En los linfomas de células reticulares, el tratamiento en la enfermedad localizada es la radioterapia. Generalmente, sin embargo, el tumor es más radiorresistente que en la enfermedad de Hodgkin y rápidamente se disemina, lo que disminuye la repuesta a la radioterapia. En las formas diseminadas la radioterapia es paliativa y mejora ciertas infiltraciones.