La cirugía es actualmente el único método curativo de una gran variedad de tumores malignos y, el cirujano de cáncer requiere además de su habilidad técnica, un conocimiento profundo de la patología tumoral, ya que, el comportamiento de los tumores, la historia natural del crecimiento de estas lesiones, sus vías de extensión etc., harán variar considerablemente el tratamiento de un caso a otro. Si el cirujano tratante desconoce la historia natural del crecimiento de estas lesiones, el tratamiento será inadecuado, en algunos casos por incompleto y en otros por exageración. El cirujano de cáncer requiere fortaleza espiritual, ya que en múltiples casos deberá enfrentarse a problemas sumamente serios, a decisiones que pondrán en peligro tanto la vida del paciente como la reputación del cirujano, y no deberá en ningún caso hacer una operación inadecuada por el miedo a la crítica a la cual pueda ser sometido por el paciente, sus familiares o colegas. Así mismo, debe tener un conocimiento extenso de las técnicas quirúrgicas y el coraje de poderlas efectuar en el momento indicado, ya que, muchas de las operaciones representan una verdadera carga tanto desde el punto de vista físico como desde el punto de vista moral, para el cirujano que las ejecuta. En el futuro la cirugía del cáncer, como toda cirugía en general estará destinada a desaparecer, ya que con la cirugía nosotros podemos aliviar a un paciente de sus síntomas pero no podemos reintegrarlo al estado en que se encontraba primariamente.