La irradiación preoperatoria de una localización neoplásica tiene por objeto evitar las metástasis secundarias al acto quirúrgico, disminuir las recidivas locales por extirpación incompleta de las infiltraciones microscópicas, reducir el tamaño del tumor y hacer posible la resección de lesiones inoperables. La radioterapia preoperatoria se apoya sobre fundamentos radiobiológicos bien establecidos. Estos se refieren a los efectos de las radiaciones ionizantes sobre el tejido normal y neoplásico, es decir, el conjunto de tejidos incluidos en el área irradiada. Los primeros efectos de las radiaciones ionizantes, electromagnéticas o corpusculares sobre tejidos normales o neoplásicos son de carácter físico, afectando moléculas y átomos. El resultado es la división de las moléculas en fragmentos llamados radicales o iones. El oxigeno potencia su efecto al contribuir a formar un mayor número de radicales oxidantes, la anoxia al inhibir el proceso es radio protectora. La muerte celular por efecto de las radiaciones puede producirse en forma inmediata, sin intervención de la división celular, es la muerte en interfase. Las células presentan alteraciones morfológicas como pienosis nuclear y alteraciones protoplasmáticas las que juegan un papel importante en este tipo de muerte. Las experiencias radio biológicas demuestran que el aporte a esa región de oxígeno hiperbárico o una mayor dosis tumor por el uso de radiaciones de supervoltaje o de alta transferencia linear de energía neutralizan el efecto de la hipoxia. en conclusión puede afirmarse que la utilización de la radioterapia preoperatoria como técnica de tratamiento se apoyan sobre sólidos fundamentos radiobiológicos experimentales y clínicos y cuya aplicación ofrece nuevas posibilidades para mejorar los resultados terapéuticos obtenidos hasta el presente en diversas localizaciones neoplásicas.