La Medicina Nuclear, como disciplina científica que apenas ha llegado a las tres décadas de vida, ha venido a constituir un gran papel en el enfermo, especialmente en el campo diagnóstico y, dentro de este, en localización y extensión de varias formas de cáncer. La incorporación de nuevos radio-fármacos y el gran auge tecnológico nos permite suponer la producción de un cambio en las distintas técnicas que conduzcan a un diagnóstico más precoz, tanto de la enfermedad maligna sistémica, como de la enfermedad maligna localizada. El radioinmunoanálisis es bastante provisor al respecto y la cintilografía espera contar con un radiofármaco específico para los tumores malignos.