Pienso que el cáncer es un resultado, una modalidad adaptativa de una vida. Un canceroso, esencialmente, es un individuo que ha perdido lo necesario. Por lo tanto, no es raro, cuando uno estudia la biopatografía de un enfermo canceroso, es decir, de un enfermo que ha terminado por enseñar un cáncer como última solución a una serie de perdidas. Al enfermo canceroso hay que enseñarle a que eche broma a todos los que lo rodean; a que se vengue de una larga, larga vida de sufrimiento silente, en el cual, él, acompasadamente, ha tomado la peor parte en todas las batallas. El canceroso debe molestar y la rehabilitación del canceroso es simplemente indicarle que él tiene derecho a vivir. Los niños tienen una característica: son los padres o las madres que crean una inadecuación tan grande que el niño toma el rol materno o sea, que no solamente pierde la seguridad directa de la mama, sino que inventa una propia seguridad. Podemos ver en el curso de una biopatografía es como se encuentra el status de equilibrio de una persona en relación a todos símbolos sustitutivos; cuando una persona ha perdido todo lo que se encuentra en ese tablero, esa persona, con toda seguridad, o se ha suicidado, o va a morir de cáncer.