Veinticinco años de labor corren el riesgo de interrumpirse, tanto en las actividades terapéuticas con radiaciones ionizantes como en las actividades diagnósticas con radionucleidos. Desde el año 1957, primero como Sección de Radioterapia y Radioisótopos, adscrita al Servicio de Radiología del Hospital Universitario de Caracas y luego desde 1968, como Cátedra de Radioterapia y Medicina Nuclear, el trabajo desempeñado en el plano asistencial y en el plano docente ha sido fructífero. Basta señalar que anualmente son tratados 700 nuevos casos de cáncer, y se realizan 4000 exploraciones diagnósticas con radionucleidos y además cerca de 600 tratamientos con drogas antineoplásicas. Desde 1963, ininterrumpidamente, se han venido esparciendo en toda la geografía nacional, para desempeñar sus necesarios servicios, los numerosos egresados del Curso Postgrado que se dicta en esta Cátedra, perteneciente a la Escuela de Medicina Luis Razetti, de la Facultad de medicina de la Universidad Central de Venezuela.
La difícil situación que actualmente atraviesa el Hospital Universitario de Caracas, como consecuencia de sus deficiencias presupuestarias ha repercutido negativamente en la actividad docente-asistencial que realiza el Servicio de Radioterapia y Medicina Nuclear. El problema fundamental estriba en el inadecuado mantenimiento de los equipos, por lo que, los daños que estos sufren con inusitada frecuencia obligan a la interrupción temporal de las actividades; si a este se añade la suspensión de la entrega del material radioactivo para los estudios diagnósticos, por el retraso en la cancelación de las deudas, la situación empeora.
Mas grave se torna la situación por la imposibilidad de adquirir nuevos equipos, es bien sabido que cada cierto período de tiempo hay que renovarlos por el lógico deterioro que sufren, por el continuo uso.
Desde hace varios meses no funciona el gammágrafo lineal, el dispositivo de la cámara de centelleo que permite la realización de los estudios dinámicos de Medicina Nuclear, el equipo de radiología para radioterapia convencional y la unidad de cobaltoterapia, y para colmo de males, la fuente de cobalto 60 de esta unidad, ya desgastadas, porque han transcurrido dos medias vidas, no ha sido posible reponerla. En la práctica, para la radioterapia solo se dispone de un acelerador lineal de 4 Mev, cuyo trabajo se ve cargado por el elevado número de pacientes que deben tratarse diariamente. En consecuencia el riesgo de interrupción de la actividad terapéutica, esta vigente, pues debido a la enorme carga de trabajo, a la cual esta sometida este equipo, se corre el peligro de un grave daño de funcionamiento.
Vemos con honda preocupación esta situación y ello nos ha ayudado a solicitar ayuda económica a otras instituciones con la esperanza de solventar estos urgentes problemas. Estamos consciente que no es este el único servicio de radioterapia del país que presenta dificultades de esta naturaleza, pero consideramos que la atención para el Servicio de Radioterapia y Medicina Nuclear del Hospital Universitario de Caracas debe ser prioritaria, si tomamos en cuenta que es el único en el cual, se hace docencia universitaria, no solo de postgrado; también se hace docencia de pregrado en la carrera de medicina y los que estudian tecnología radiológica.
Urge solucionar esta grave situación, habida cuenta que el cáncer ocupa el tercer lugar en la escala de mortalidad diagnosticada en nuestro país y que la radioterapia constituye una modalidad terapéutica fundamental en la curación de esta enfermedad. Estamos obligados a rescatar e la muerte a un considerable numero de compatriotas que padecen de esta serie afección.