La crisis que vive en el país es dramática. Ya hemos analizado en editoriales anteriores la parte que corresponde a la asistencia oncológica oficial, que se presta fundamentalmente en los Institutos Oncológicos de Caracas y del Estado Carabobo.
Pero el problema de cáncer no es único: esta crisis está presente a todos los niveles de la asistencia hospitalaria: agudos, crónicos, niños, adultos, partos, etc., y tanto en los edificios como en los servicios, en la dotación presupuestaria, y la falta de mantenimiento de los instrumentos y las maquinarias.
Sabemos que las soluciones a problemas de larga duración no pueden ser inmediatas, pero ya no existe la excusa de la carencia de recursos económicos. El país vive una bonanza fiscal y las inversiones en salud son consideradas reproductivas, de manera que es sólo cuestión de organizarse y de cambio de mentalidad en el enfoque de los problemas.
Esperamos que las nuevas autoridades de sanidad estén a la altura de los problemas planteados.