En los tumores del cuello uterino, hemos hecho una clasificación en dos grandes grupos benignos y malignos, las displasias son consideradas a parte, ya que según algunos autores, estas progresivamente se agravan y son el origen de los carcinomas in situ. De las lesiones benignas la más frecuente son los pólipos mucosos. Entre los tumores malignos tenemos los carcinomas y los sarcomas. Para el estudio de los pacientes se realiza una historia clínica completa, examen físico, el examen bajo espéculo, citología exfoliativa, colposcopia, test de Shiller y tacto vaginal. La biopsia debe ser dirigida por colposcopia, si hay varias atípias colposcópicas puede ser mejor dirigirla por la colpomicroscopia. Se elabora una ficha donde se dibuja un esquema de la colposcopia y ponemos los datos importantes de la paciente, ésta es una ficha semitabulada; se perforan los agujeros que corresponden a la enumeración de acuerdo a los síntomas y datos que conseguimos y, por un sistema de perforación manual de IBM, en un momento podemos evaluar cuantas displasias, tipo de las mismas, carcinomas, etc., pudiendo así, saber cual ha sido la sintomatología, citología. colposcopia, etc. Para concluir, consideramos que el método esencial para el diagnóstico del carcinoma in situ o displasias y el carcinoma invasor, salvo aquellas lesiones vegetantes, se basa en el trípode de la citología, colposcopia y biopsia combinados. Creemos sinceramente que ningún método sustituye al otro, todo lo contrario, son métodos que se complementan, por lo tanto no debe justificarse discusión algunas entre sus partidarios.