El epitelio del cuello uterino está constituido por un exocerviz, en el cual, las células son poliestratificadas no conificados y, el cual, es idéntico al que cubre la vagina, y un endocerviz, constituido por una sola capa de células cilíndricas, sin cilias, de núcleos compactos que reposan en la base citoplasmática. Los epitelios pueden sufrir diversas alteraciones de origen traumático, inflamatorias o de otra índole. De las lesiones inflamatorias se describen las cervicitis, donde domina el infiltrado inflamatorio, las displasias leves (hiperactividad basal), donde se conserva la capa basal intacta, lo que se ve es una proliferación de las células básales; a medida que está proliferación va aumentando y reemplazando las capas superficiales, en las displasias moderadas, las alteraciones antes mencionadas, llegan a la capa media y la displasia grave llega hasta la superficie. En el carcinoma in situ, existe un epitelio morfológicamente maligno en toda su superficie epitelial, las glándulas pueden aparecer superficialmente infiltradas, así como, puede haber una infiltración microscópica del estroma. El carcinoma in situ, a su vez, puede ser bien diferenciado, donde los elementos llamados globos córneos representan la queratinización celular; puede ser medianamente diferenciado o indiferenciado, donde no hay elementos claros que representan el carácter epitelial de la célula.