Cada día en nuestro país se hace más cuesta arriba realizar una actividad científica llámese congreso, jornada, simposio, etc. Vivimos en una constante incertidumbre provocada por una falta de esperanza acumulada en el tiempo, esto nos genera angustia, miedo y en algunos casos conformismo, existe una terrible escases que nos afecta a todos, en el ámbito editorial la gravedad de la falta de insumos de impresión nos ha obligado a cambiar al formato digital y acudir a las redes sociales.
Esta situación de crisis en que vivimos, nos ha llevado a revisar uno de nuestros objetivos principales que es la forma de difundir el conocimiento; hay que reconocer que no existe firme evidencia que muchos de los congresos en la manera como se realizan actualmente cumplan con lo que nosotros queremos y esperamos. En un futuro cercano los congresos médicos deberán realizarse con una nueva visión y adaptarse a las exigencias de la formación médica actual.
Sabemos que existe la tendencia a utilizar Internet para todo, hay quienes buscan ponderar las bondades de la Red y consideran que los congresos pronto pasarán a la historia en virtud de que ya no serán necesarias las reuniones con los integrantes y organizadores del mismo, todo se hará virtualmente ¿Podrían entonces las tecnologías de la información y de la comunicación ser la alternativa al modelo de educación médica continua de los tradicionales congresos? ¿Llegamos a la era de los congresos virtuales? Interesantes preguntas que nos hacen reflexionar.
Los medios, las computadoras, los teléfonos móviles y nuestra estructura social en general, hacen que el contacto real se desfigure y que no se dé el encuentro entre las personas, sino entre los medios o entre intereses…
Los medios deben seguir siendo medios y no los convirtamos en fines, pese a las facilidades tecnológicas de comunicación con las que vivimos y revolucionamos en la actualidad, el mundo de los congresos sigue privilegiando y necesitando del contacto humano, para informarse, capacitarse, actualizarse, formar redes y por supuesto realizar actividades científicas de provecho para todos. Amigo lector, la tecnología y las redes sociales no pueden sustituir la comunicación real que se da entre las personas.